En el siguiente reto propuesto, he elegido escribir sobre una mujer que ha abierto camino en favor de la igualdad entre hombres y mujeres en España.
Su nombre es Ana María de Soto y Alhama es la primera mujer que sirvió en la Infantería de Marina.
Nacida en 1775 y fallecida en 1883, por las fechas anteriores se puede entender que no pude conocerla en persona.
El motivo de su elección es que cumple varias características que considero apropiadas para dedicarle estas líneas:
- Nacida en Aguilar de la Frontera, residió y falleció en Montilla, ambas localidades pertenecientes a Córdoba y situadas a escasos kilómetros de mi lugar de nacimiento, por lo que personalmente me resulta una candidata cercana.
- Es cierto que puede encontrarse información sobre ella en publicaciones militares especializadas o puede ser mencionada (de manera esporádica y anecdótica) en algún medio de información pero considero que es una mujer total e injustamente desconocida para el ciudadano.
- Luchó con su ejemplo a favor de la igualdad entre hombres y mujeres en España dentro de un ámbito tan tradicional y difícil para la mujer como es el mundo militar.
Ana María con edad aproximada de 18 años se alistó bajo el nombre de Antonio de Soto en la 6ª Compañía del 11º Batallón de Marina.
Si bien en este artículo no se van a detallar los distintos avatares de la vida militar de nuestra protagonista, para valorar y entender la excepcionalidad de Ana María, creo necesario hacer una descripción de su alistamiento:
El Cuerpo de Infantería de Marina es una tropa de élite de la Armada Española que desarrolla su actividad principalmente en operaciones anfibias con alto número de bajas y donde los combates son de gran ferocidad.
Su alto adiestramiento y capacidad hace a los infantes de marina especialmente valiosos desde un punto de vista estratégico.
La Infantería de Marina española es la más antigua del mundo y entre sus numerosísimas acciones de éxito están las conquistas de Cerdeña, Sicilia y Nápoles y sobre todo la batalla de Lepanto, decisiva en el devenir de Europa y con presencia de otro ilustre infante de marina llamado Miguel de Cervantes.
En este singular destino militar, especialmente duro y tan alejado de lo que los poderes establecidos esperaban de una mujer de finales del siglo XVIII, Ana María estuvo cinco años sirviendo en numerosos y duros combates.
Tras caer enferma en la fragata Matilde, fue sometida a un reconocimiento médico y descubierto su género femenino.
No cabía esperar en aquella época otro resultado que la licencia absoluta para Ana María que tuvo que abandonar su puesto.
Sin embargo, a pesar de la injusticia por otro lado habitual de privar a una mujer de un trabajo para el que está tan preparada o más que un hombre, el desempeño de nuestra protagonista fue tan extraordinario que, lejos de escarnio o castigo alguno por parte de sus mandos y compañeros, se le concedieron como reconocimiento a la heroicidad demostrada y acrisolada conducta... grado de sargento primero... y sueldo para atender a sus padres (sic) citando palabras nada menos que del Rey de España entonces, Carlos IV.
En la actualidad unas 16.000 mujeres forman parte de nuestras Fuerzas Armada.
Es indudable que todavía soportan roles patriarcales, prejuicios y en muchos casos desgraciadamente tienen que convivir con el acoso y la discriminación machista.
La Sargento Ana María de Soto, pionera en un cuerpo vedado a las mujeres, puso la primera piedra hace más de dos siglos en el largo camino de la igualdad... también en el ejército.
Bibliografía:
https://www.defensa.gob.es/Galerias/gabinete/red/2018/red-348-sargento-soto.pdf
https://es.wikipedia.org/wiki/Ana_Mar%C3%ADa_de_Soto
https://es.wikipedia.org/wiki/Infanter%C3%ADa_de_Marina_(Espa%C3%B1a)
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